El aumento de las tasas de interés fue bien recibido por los mercados, que tuvieron un rally de más del 3% antes del viernes.

La semana comenzó con ganancias esperando el anuncio del aumento de tasas por parte de la Reserva Federal (FED). El aumento fue de 25 puntos base, lo cual fue bien recibido por los mercados, que tuvieron un rally de más del 3% antes del viernes. El Nasdaq ha subido un 15% para comenzar el 2023, impulsado por los repuntes de algunos de los mayores perdedores del año anterior, como Tesla.

Los mercados subieron al inicio de la semana debido a la apuesta de los operadores de que la FED no cumplirá su pronóstico de aumentar la tasa de fondos federales hasta un pico por encima del 5% y mantenerla allí, sino que buscará reducirla para fin de año. Jerome Powell, el jefe de la FED, se opuso a esa expectativa el miércoles, pero su respuesta matizada sobre la relajación de las condiciones financieras y su reconocimiento del “proceso desinflacionario” convenció a los operadores de que siguen en lo correcto con la tasa.

El fuerte aumento de las acciones al inicio del año ha tomado por sorpresa a los inversores institucionales, fondos de cobertura y estrategas cautelosos. Aunque las condiciones son claras de sobrecompra, el nivel casi universal de escepticismo entre las instituciones proporciona un apoyo contrario a una fortaleza continua.

Sin embargo, el viernes, un informe de empleo de enero con la economía estadounidense agregando 517.000 puestos de trabajo y la tasa de desempleo cayendo al 3,4%, su nivel más bajo desde 1969, pareció confirmar la posición de Powell.

Las compañías informaron hasta el viernes ganancias menores para el cuarto trimestre en comparación con la semana anterior y con el final del trimestre. Esta disminución en las ganancias está compensada mayoritariamente por los planes de recompra de acciones, los cuales han sido bien recibidos por los inversionistas.

En 2022, la FED aumentó agresivamente las tasas de interés para frenar la inflación, pero en el nuevo año ha surgido un nuevo mercado, que se parece un poco al que presenciamos hace dos años. En este contexto, un aumento en la volatilidad es previsible ante un escenario donde un detonante negativo puede ser la chispa de una fuerte caída que temen muchos inversionistas.

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